"Y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas."
--- Moroni (Profeta del Libro de Mormón cerca de 420 A.C.)
Si hay solamente una cosa con lo que debe familiarizarse al leer este blog, es reconocer el Espíritu Santo y obedecerlo mejor. Quería comenzar este blog por sentar las bases de lo que significa el Espíritu Santo en nuestras vidas:
1) ¿Cuál es la función del Espíritu Santo?
2) ¿Cómo lo reconozco?
Muchas religiones diferentes tienen una idea diferente del Espíritu Santo. Piense en ello como una "Voz apacible y delicada" en nuestras mentes y corazones que nos lleva a hacer todas las cosas buenas y trae paz. Para aprovechar al máximo este blog, debes buscar inspiración a través del Espíritu Santo.
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EL ESPÍRITU SANTO: EL PERSONAJE
El Espíritu Santo, a veces llamado “El Espíritu de Dios”, "el Espíritu del Señor", "el Espíritu" y "el Consolador", testifica de la verdad. Su papel es guiar, fortalecer, consolar, advertir y corregir a los hijos del Padre Celestial, en resumen, persuadirlos para que hagan el bien (Alma 5:40). El Espíritu Santo es un personaje real de espíritu, un miembro de la Deidad o lo que llamamos en inglés, "The Godhead" [1], que le permite morar en nosotros, mientras que Dios el Padre y Su hijo, Jesucristo, tienen cuerpos tangibles similares al nuestro, pero perfectos e immortales (D. y C. 130: 22). El Padre Celestial, Jesucristo, y el Espíritu Santo son tres personajes distintas (Juan 12: 28-30; Mateo 3:16-17; Hechos 7:55-56; 2 Nefi 31:11-12; 3 Nefi 11:3-8). Cuando Jesucristo ora al Padre Celestial, no está hablando a sí mismo. Un ejemplo evidente de esta verdad evidente occurre cuando Jesucristo está bautizado, y viene una voz de los cielos diciendo:
"Este es mi Hijo amado, en quien me complazco." (Mateo 3:17)
En otra ocacasión, la gente escucha otra voz como un trueno que viene del cielo mientras Jesucristo oraba. ((Juan 12: 28-30)
Tienen un papel semejante pero son seres distinctas. Tal vez esto sea un concepto nuevo para tí así que déjame explicar.
Algunos interpretan incorrectamente Juan 4:24, que se traduce en la Biblia Reina-Valera como "Dios es un Espíritu...", en el sentido de que Dios es literalmente un espíritu sin cuerpo. Sin embargo, el texto original fue escrito en griego y omite cualquier artículo antes de "espíritu" y en realidad dice "Dios es Espíritu" o sea "Dios es espiritual" (en oposición a carnal o del mundo o temporal). Así como el mismo apóstol Juan también escribió "Dios es luz" (1 Juan 1: 5) o "Dios es amor" (1 Juan 4: 8), estas son características o atributos que describen cómo es Dios pero no cuál es la forma física del Padre Celestial. Dios es un ser con un cuerpo físico, y no es un sentimiento o idea o atributo abstracto a dentro de nosotros como algunas personas en el mundo a veces hablan de él. El Padre Celestial no puede morar en nosotros literalmente, sino el Espíritu Santo sí puede y eso es su papel. El Padre Celestial tiene una forma semejante a nosotros porque eso es lo que enseñan las escrituras que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios así que tiene una forma física. (Génesis 1: 27-28)
LAS COSAS DE DIOS
Aunque Dios no es literalmente amor o cualquier atributo, estos atributos divinos nos ayudan a reconocer al Espíritu Santo. El espíritu trabaja de diversas formas, pero la más común es a través de pensamientos inspirados y sentimientos sanos. En Gálatas aprendemos que los frutos del Espíritu son siempre virtudes edificantes: “… amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…” (Gálatas 5: 22-23). El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo describe claramente cómo saber qué proviene de Dios:
“Por consiguiente, todo lo que es bueno viene de Dios; y lo que es malo viene del diablo; porque el diablo es enemigo de Dios, y lucha contra él continuamente, y invita e induce a pecar, y a hacer lo que es malo sin cesar. Mas he aquí, lo que es de Dios invita e induce a hacer lo bueno continuamente; de manera que todo aquello que invita e induce a hacer lo bueno, y a amar a Dios y a servirle, es inspirado por Dios”. (Moroni 7: 12-13)
“Porque he aquí, hermanos míos, os es concedido juzgar, a fin de que podaís discernir el bien del mal; y la manera de juzgar es tan clara, a fin de que sepáis con un conocimiento perfecto, como el la luz del día lo es de la obscuridad de la noche. Pues he aquí, a todo hombre se da el Espíritu de Cristo, para que sepa discernir el bien del mal...” (vs. 15-16)
Todo el mundo es capaz de saber qué es de Dios o no, ya sea una decisión laboral, una búsqueda educativa, una relación o el Libro de Mormón (Ver "Qué Es La Verdad? Ciencia y Fe"). La manera es sencilla; Dios quiere bendecirnos y todas las cosas buenas vienen de Él. La pregunta recurrente de preocupación que escucho es: "¿Cómo podemos saber si algo proviene del Espíritu Santo o de mi propia mente?" Los simples actos de bondad o el deseo de ser mejores, todas las cosas virtuosas, nacen de una luz que Dios nos da y que luego obra a través de nosotros. En cierto modo, los buenos pensamientos pueden provenir tanto de nosotros como de Dios. Pero al final, no tenemos que preocuparnos por la diferencia. Si es bueno, es bueno. Las cosas que no son de Dios nunca nos persuadirán de ser amables, mejores, servir a los demás, arrepentirnos, orar o simplemente ser buenas personas.
LA LUZ DE CRISTO VS. EL DON DEL ESPÍRITU SANTO
El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo, llama a esta capacidad innata de conocer lo que es bueno el "Espíritu de Cristo" o "la Luz de Cristo". Podría compararse con la conciencia. Mientras el don del Espíritu Santo viene después del bautismo, la Luz de Cristo es la influencia que conduce al bautismo. Como se puede sentir la luz del sol, la luz mismo no es el sol; también la Luz de Cristo y el Don del Espíritu Santo están vinculados pero no equivalentes. Alguien puede sentir el Espíritu Santo antes del bautismo, pero no permanecerá con él hasta después del bautismo (Ver "La Confirmación"). Es esencial comprender que todas las personas pueden sentir, identificar y seguir la influencia del Espíritu Santo, incluso si no son miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El don del Espíritu Santo es uno de los mayores dones que tenemos en la vida terrenal, es nuestra brújula, pero el funcionamiento de la luz de Cristo no debe considerarse menos valioso. Deseo que todos se bauticen para disfrutar de las mayores bendiciones que siguen, pero hasta entonces, practicar el reconocimiento y la respuesta al espíritu traerá bendiciones inmediatas. (Ver "El Bautismo Por Immersión")
RECONOCIENDO LA VOZ DEL ESPÍRITU
Hay circunstancias que nos impedirían sentir el Espíritu Santo, como el pecado o simplemente el enojola o la falta de esfuerzo, además de factores ambientales como el ruido y las distracciones. Entonces, el hecho de que no lo reconozcamos en el momento no significa que el espíritu o el evangelio no sea verdadero o real. Podría depender de nuestra disposición a escuchar. Podemos sentir el espíritu mejor cuando le damos caso y nos esforzamos por ser digno de su companía.
Las Escrituras describen el espíritu como “una voz apacible y delicada” (1 Reyes 19: 11-12; 1 Nefi 17:45) o como “una voz agradable, como si fuera un susurro…” (Hel. 5:46). Creo que solo he encontrado un solo relato en el que el Espíritu "clamó a gran voz" (1 Nefi 11: 6). El espíritu no suele hablar con una voz audible, pero el principio se aplica como frutos de los espíritus mencionados anteriormente; no nos gritará ni nos sacudirá para llamar su atención. Llegará a la mente y al corazón en forma de seguridad y paz.
El espíritu revela toda la verdad. Todos deben aprender a discernir o distinguir lo que es verdad (Vea "Qué Es La Verdad? Ciencia y Fe"). Sin embargo, quiero advertir que la mayor parte de la verdad no es relativa y, ciertamente, no está determinada únicamente por los sentimientos. Nuestros sentimientos pueden indicar si algo es bueno, pero la verdad es verdad con o sin que nos demos cuenta de ello. Podemos sentirnos bien sin importar la verdad, por ejemplo, comiendo una comida favorita o participando en una actividad favorita. Nuestros sentidos físicos nos permiten sentir placer o dolor, pero es el espíritu el que purifica el corazón y nos ilumina. Por eso se describe como "luz".
Hay muchos oradores talentosos en el mundo, pero la forma de hablar no es una prueba concluyente de que un mensaje sea válido. No se puede juzgar un libro por su portada. Bíblicamente, hubo muchos hombres astutos que usaron palabras para atrapar a otros y hacerles creer sus mentiras, especialmente en el Libro de Mormón. Korihor era un anticristo (Alma 30:6), un hombre tan convincente en su predicación que se convenció a sí mismo de que sus mentiras eran verdaderas (Alma 30:53). Antes de su conversión como la de Pablo, Alma también “era un hombre de muchas palabras, y hablaba mucho halagos al pueblo; por tanto, indujo a muchos del pueblo a obrar conforme a sus iniquidades ”(Mos. 27:8). Incluso de manera no bíblica, ha habido varios "hombres de muchas palabras". Adolf Hitler, que era un hombre común sin popularidad, ganó un poder desastroso a través de palabras impactantes y convicción emocional. A pesar de lo convincente que era, su mensaje estaba tan lejos de ser verdadero, bueno o espiritual como era posible. Las palabras hermosas o magistrales no determinan la verdad. Repito, que el Espíritu es una voz suave y apacible que viene de Dios sin importar e independientemente de la habilidad del maestro. Incluso a los niños pequeños se les pueden dar palabras que confunden al sabio y al erudito (Alma 32:23). El espíritu se encuentra a menudo a través de voces sencillas. El Espíritu Santo communica con una voz apacible y delicada. Es un personaje real, no un sentimiento en sí. Viene de Dios, no de las personas.
Aprender a reconocer al Espíritu Santo es lo más importante y útil que podemos hacer. Haz del espíritu un compañero integral mientras lees mi blog y verás cómo funciona el espíritu en tu mente, sí, pero lo más importante en tu corazón.
Pregunta para meditar: Basándose en las descripciones del Espíritu Santo anteriores, ¿cómo podrías mejor invitar y reconocer al Espíritu en sus elecciones y actividades diarias?
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Notas Al Pie:
[1] La Deidad es lo que llamamos el grupo colectivo de Dios el Padre, Su hijo Jesucristo y el Espíritu Santo. Es algo similar a la Trinidad, excepto que los tres son uno en propósito, como un equipo, y no una entidad. Cuando Cristo ofrece su oración de intercesión, ora a Dios el Padre para que podamos "ser uno, como [ellos] son uno" (Juan 17). Expiación significa literalmente "Unificación". No estaba orando para que nos convirtiéramos en una sola persona, sino para que nos uniéramos en un propósito.
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