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9. El Sacerdocio

"El poder por el cual fueron creados los cielos y la tierra es el sacerdocio"

--- M. Russell Ballard (Apóstol de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; 1928 - Presente)

Nuevamente, si tuviera que preguntar "¿Qué hace única a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días?", la respuesta podría reducirse al sacerdocio. En un mundo con innumerables religiones y filosofías, solo hay un camino entre el cielo y la Tierra y es a través del sacerdocio, en otras palabras, el poder y la autoridad de Dios. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días reclama una autoridad celestial única en la Tierra que estuvo ausente después de la muerte de los Apóstoles y restaurada nuevamente a través de mensajeros angélicos a principios del siglo XIX. Sin el sacerdocio, ninguna creencia o ceremonia religiosa sería suficiente para volver a la presencia de Dios. El hombre no podría hacer nada por sí mismo para prevalecer en las cosas espirituales sin la intervención de Dios. Si la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es de hecho la única iglesia con el sacerdocio, es la única iglesia por la cual podemos regresar al Padre Celestial.


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SACERDOCIO ETERNO

El sacerdocio es el poder y la autoridad de Dios que comparte con el hombre para actuar en todas las cosas necesarias para la salvación de los hijos de Dios. Este sacerdocio es necesario para bautizar y realizar otras ordenanzas. Pero también les recordaré, como dije antes, que el primer principio del evangelio es la fe. La fe es una esperanza para las cosas que no se ven, pero que son verdaderas (Alma 32:21) y tienen un efecto real. Fue por causa de la fe que Cristo pudo realizar tantas maravillas, pero cuando no había fe que encontrar, no podía hacer nada (Mateo 13:58). Pero fue a través del sacerdocio que se realizaron las maravillas.


El sacerdocio no es algo nuevo. No es una invención. No es una filosofía. Es algo real que siempre ha existido porque es la autoridad y el poder de Dios, sin principio ni fin (Heb. 7:3; Alma 13:7-8; D. y C. 84:17-18). Jesucristo es el mejor ejemplo de cómo usar la autoridad y el poder del sacerdocio para servir y bendecir a los demás. El sacerdocio es el poder mediante el cual se crearon los cielos y la tierra, pero también es el poder que el Salvador usó para realizar milagros, bendecir y sanar a los enfermos, dar vida a los muertos y, como el Hijo Unigénito de nuestro Padre, poder soportar el dolor insoportable de Getsemaní y el Calvario y proporcionar una Expiación infinita y vencer la muerte física a través de la Resurrección. (Ver "El Ministerio de Cristo" y "El Plan de Salvación y Felicidad")


LA PÉRDIDA Y RESTAURACIÓN DEL SACERDOCIO

Sin embargo, el sacerdocio fue quitado de la tierra en la Gran Apostasía cuando no había más poseedores del sacerdocio dignos debido a la muerte de los Apóstoles (Ver "Apostasía y Restauración"), pero fue a través de los mensajeros celestiales de Dios que se restauró el sacerdocio (Ver "El Retorno del Rey -- Parte 4.2"). Un angelical Juan el Bautista (el que bautizó a Jesús y que había sido decapitado en Mateo 14:10 y Marcos 6:27) vino y restauró el Sacerdocio Aarónico (D. y C. 13; JSH 1: 68-69) y en mayo de 1829, tres de los apóstoles de Cristo en el Viejo Mundo: Pedro, Santiago y Juan también se aparecieron al profeta José Smith, le pusieron las manos sobre la cabeza y le restauraron el Sacerdocio de Melquisedec. Con tiempo, José Smith, por mandamiento de Dios, también impuso sus manos sobre la cabeza de otras personas que continuaron difundiendo el sacerdocio por toda la iglesia. Es solo mediante la “imposición de manos” por parte de aquellos que ya tienen la autoridad del sacerdocio que otra persona puede recibir el sacerdocio. Así ha sido siempre y siempre será. Los poseedores del sacerdocio siempre han utilizado el procedimiento de la imposición de manos. (D. y C. 107:40-50; Génesis 48:14-19; Alma 6:1; Hechos 8:14-17)

EL SACERDOCIO AARÓNICO

He recibido el sacerdocio de esta manera. Recibí el Sacerdocio Aarónico, a veces llamado el "sacerdocio preparatorio", cuando tenía doce años para ministrar en cosas como la Santa Cena (que es una ordenanza). En breve, el sacerdocio aarónico tiene poder para administrar ordenanzas externas (a saber, el Bautismo y la Santa Cena). Se llama Sacerdocio Aarónico en honor a Aarón, quien era el hermano mayor de Moisés y fue designado por el Señor para ayudar a Moisés (Exo. 4:14-16). Aarón y sus cuatro hijos fueron designados para actuar en el sacerdocio (Éxodo 28:1-4; 40:15), en formas que nadie más estaba autorizado a hacer bajo pena de muerte en relación con las funciones del tabernáculo (Lev. 10:1-2). En la antigüedad, solo Aarón y su descendencia a lo largo de todas sus generaciones podían tener el sacerdocio Aarónico. Puede leer más sobre todo esto en el Antiguo Testamento.


EL SACERDOCIO DE MELQUISEDEC

Pero fue aproximadamente un mes antes de convertirme en misionero que también recibí el Sacerdocio de Melchezidek (Hebreos 5:4,6,10) que se necesita para la obra misional, entre otras cosas relacionadas con las "ordenanzas internas" tales como las ordenanzas sagradas del templo como el matriomonio eterno. (Ver "Templos: Lugares Santos" y "La Familia Eterna")

El Sacerdocio de Melchezidek es apodado con reverencia. Es en referencia al hombre justo que se llamaba "Melquisedec" al que se hace referencia en el Antiguo Testamento (Génesis 14:18; Salmos 110:4), así como el Nuevo Testamento (Hebreos 5:6,10; 7). Melchezidek era un sumo sacerdote a quien Abraham le dio el diezmo. El nombre Melchezidek era probablemente un título simbólico que significa "Rey de Justicia" ya que Melchezidek era el rey de Salem (Jerusalén). A veces, el Sacerdocio de Melchezidek se conoce como el Sacerdocio Mayor, aunque técnicamente es "el Santo Sacerdocio, según el orden del Hijo de Dios" (Alma 13; D. y C. 107:3), aunque no lo llamamos así. En cambio, se llama el Sacerdocio de Melchezidek por respeto para evitar la repetición demasiado frecuente del nombre de Dios.


LÍNEA DE AUTORIDAD

Puedo rastrear mi línea de autoridad del sacerdocio en una cadena, persona por persona, hasta Jesucristo. No surgió de la nada. No proviene de una universidad. No proviene de estudio de las escrituras. Vino de la imposición de manos por alguien que ya tenía la autoridad de Dios, como simempre ha sido el proceso. Sé que el sacerdocio que tengo es real y un encargo sagrado de Dios. He visto el sacerdocio en acción y sé que las bendiciones son verdaderas y que se nos han dado para que las compartamos en el servicio.

Pregunta de reflexión: Considere la autoridad de Dios y la autoridad del mundo. ¿Cómo se comparen el sacerdocio con los estudios religiosos cuando se trata de autoridad espiritual? ¿De dónde proviene la autoridad?

Poco después de recibir el sacerdocio de Melchezidek, mi padre fue chocado por detrás mientras esperaba en un semáforo en rojo en medio del tráfico pesado. Se lo llevaron al hospital. Me asusté cuando recibimos la llamada y me dijeron lo que sucedió. Cuando llegamos al hospital, mi padre tenía tanto dolor que apenas podía moverse. Pero debido a que yo poseía el sacerdocio de Melquisedec para dar bendiciones a los enfermos y afligidos, pude ayudar a poner mis manos sobre su cabeza y darle una bendición. Fue mi primera vez. Estaba tan nervioso, pero después de la bendición, sentí que me invadía una paz tranquila y supe que mi papá estaría bien. Afortunadamente, los médicos nos dieron la buena noticia de que no hubo daños graves y mi padre llegó a casa con nosotros unas horas más tarde.


Estoy muy agradecido por el sacerdocio en mi vida y sé que es real. También sé que la fe hace que el sacerdocio sea eficaz y sin ella, el sacerdocio no puede hacer nada. Esa fue la primera vez que pude usar el sacerdocio de Melchezidek, pero ciertamente no fue la última.


EL PROPÓSITO DEL SACERDOCIO

El sacerdocio existe para servir. No es egoísta. Tener el sacerdocio no hace que uno sea mejor que otro. De hecho, todo el mundo, cada varón y hembra, joven y anciano, tiene acceso a las bendiciones y promesas del sacerdocio. El sacerdocio abre las puertas a más bendiciones de salvación y debe usarse como Dios dice porque proviene de Él. Antes de Su última noche, Cristo habló con los apóstoles restantes a quienes había llamado. Ninguno de ellos solicitó el puesto ni tuvo una entrevista de trabajo. El Señor los eligió porque conocía lo bueno que había en ellos y respondieron a su llamado:

"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto, porque sin amí nada podéis hacer." (Juan 15:4-5)

A los que hemos recibido el sacerdocio se nos llama "poseedores del sacerdocio"; sin embargo, el sacerdocio nos presta “la vid”. No es nuestra propia autoridad con lo que operamos. Somos solo conductos siempre que vivamos rectamente, nuestro poder del sacerdocio será magnificado, y si seamos injustos, nuestro poder del sacerdocio disminuya. En la iglesia se nos enseña que:

"Ningún poder o influencia se puede ni se debe mantener en virtud del sacerdocio, sino por persuasión, por longanimidad, benignidad, mansedumbre y por amor sincero, por bondad y por conocimiento puro, lo cual engrandecerá en gran manera el alma sin hipocresía y sin malicia..." (D y C 121:41-42)

Si uno desobedece voluntariamente a Dios o se vuelve egoísta o se piese superior, la autoridad y el poder de su sacerdocio cesa como una rama cortada de la vid. Es por eso que la forma en que vivimos nuestras vidas es tan importante como las responsabilidades que asumimos. La autoridad del sacerdocio proviene de la ordenación. El poder proviene de la rectitud personal.


LAS LLAVES DEL SACERDOCIO

Las llaves del sacerdocio son el derecho a presidir y dirigir los asuntos de la Iglesia dentro de una jurisdicción. Jesucristo posee todas las llaves del sacerdocio que pertenecen a Su Iglesia. Él ha conferido a cada uno de Sus Apóstoles todas las llaves que pertenecen al reino de Dios en la tierra. El Apóstol viviente de mayor antigüedad, el Presidente de la Iglesia (que significa Presidente, "El que preside"), a quien llamamos "el profeta" es la única persona en la tierra autorizada para ejercer todas las llaves del sacerdocio que antes eran ausentes hasta la restauración. Eso es lo que hace que el profeta sea único entre todos los demás predicadores autoproclamados del mundo. Esas llaves fueron restauradas en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por seres angelicales, para los propósitos del Señor y en el tiempo del Señor (Ver "El Retorno del Rey -- Parte 4.2"). Nuevamente, es por eso que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única iglesia con la plenitud del evangelio.

 

<<-- Previamente: "8. Profetas y Llamamientos"


 

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