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42. La Confirmación

  • Writer: L Rshaw
    L Rshaw
  • May 23, 2021
  • 6 min read

Updated: Apr 17, 2022

"En tƩrminos simples, el don del Espƭritu Santo es un poder espiritual mejorado que permite a quienes tienen derecho a recibirlo, recibir un mayor conocimiento y disfrute de la influencia de la Deidad"

--- James E. Faust (Apóstol de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; 1920 - 2007)

He hablado ampliamente sobre el Espíritu Santo a lo largo de este blog ahora (Ver "Una Voz Apacible y Delicada"); esta publicación continuarÔ explicando la ordenanza llamada la "Confirmación", por la cual recibimos lo que se llama "El don del Espíritu Santo" poco después del bautismo (Ver "Bautismo por Inmersión"). También puede revisar qué es el "sacerdocio" y por qué es importante. (Ver "El Sacerdocio")

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Como recordatorio, una "ordenanza" es un acto por el cual hacemos convenios sagrados, o promesas, con Dios.


Una persona es "confirmada" como miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y recibe el don del Espíritu Santo después de ser bautizada (D. y C. 20:41). Una persona llega a ser miembro de la Iglesia solo después de que ambas ordenanzas del bautismo y la confirmación se hayan completado y registrado debidamente (Juan 3:5; D. y C. 33:11).

EL DON DEL ESPƍRITU SANTO

Todos pueden sentir el poder del Espƭritu Santo que nos inspira a hacer "todas las cosas buenas". Pero el DON del Espƭritu Santo es tener al Espƭritu Santo como compaƱero CONSTANTE.

PiĆ©nselo de esta manera: como encendiendo un FƓSFORO, cuando los misioneros enseƱan a alguien que investiga la iglesia, el poder del EspĆ­ritu Santo puede ayudarlos a sentir "calidez" e "iluminar" su entendimiento; es este PODER del EspĆ­ritu Santo el que LLEVA al arrepentimiento y al bautismo. Pero cuando los misioneros se van y la persona deja de aprender sobre el evangelio, el fósforo se apaga y el calor y la luz desaparecen. Pero cuando una persona es bautizada y confirmada y recibe el DON del EspĆ­ritu Santo, es como UN FOCO que es constante y mĆ”s brillante que un fósforo. Mientras seamos fieles a nuestros convenios, siempre estaremos "enchufados" al EspĆ­ritu Santo.


Después de la ordenanza del bautismo viene la ordenanza llamada "Confirmación". En Juan 3:5 Jesús le dice a Nicodemo: "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios". Uno sin el otro sería incompleto e inútil. Es un paquete.


La confirmación es literalmente una bendición y ¿quién no quiere mÔs bendiciones? Las personas bautizadas enseñadas por los misioneros generalmente son miembros confirmados de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el domingo durante la reunión sacramental posterior a su bautismo (Ver "El Día de Reposo"). Esto es ideal.


ĀæQUƉ OCURRE DURANTE LA ORDENANZA?

El presidente de misión posee las llaves para confirmar a conversos. Sin embargo, el obispo supervisa la realización de todas las confirmaciones (Ver "Apartado y Partiendo"). Ɖl se asegura de que los conversos sean confirmados en una reunión sacramental del barrio donde residen, de preferencia el domingo siguiente a su bautismo. No se confirma a los conversos en el servicio bautismal.


Uno o mƔs poseedores dignos del Sacerdocio de Melquisedec pueden participar como invitados en esta ordenanza (que pueden incluir a los misioneros, el obispo o el presidente de rama y otros).


La persona que fue bautizada recientemente se sienta en una silla, normalmente hacia el frente de la congregación, y estos hombres que han sido invitados a participar en la ordenanza colocan levemente sus manos sobre la cabeza de la persona (esto se llama, "La imposición de manos"; ver "Administrando a los Enfermos y Afligidos"). Todos cierran los ojos mientras una persona actĆŗa como "voz" de la ordenanza, lo que significa que Ć©l es el Ćŗnico que habla mientras todos los demĆ”s solo escuchan. El hombre que actĆŗa como "voz" llama a la persona por su nombre completo, afirma que estĆ” actuando por la autoridad del Sacerdocio de Melquisedec y dice: "Te confirmamos miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos DĆ­as y te decimos , Recibe el EspĆ­ritu Santo", y luego continĆŗa pronunciando bendiciones sobre la persona como la voz apacible y delicada del espĆ­ritu santo le hace sentir. Y como siempre, la ordenanza termina cuando dice ā€œEn el nombre de Jesucristo, AmĆ©nā€. Y luego todos los demĆ”s dicen "AmĆ©n".


La confirmación no es una "oración"; no es una súplica al Padre Celestial porque las palabras en realidad estÔn dirigidas al individuo, no Dios. Es un pronunciamiento de bendiciones espirituales como lo indica el Espíritu Santo. Los dignos poseedores del Sacerdocio de Melquisedec son conductos a través de los cuales las personas pueden recibir bendiciones espirituales del Padre Celestial porque el sacerdocio es, por definición, la autoridad de Dios. Si necesita un repaso de lo que es el sacerdocio, haga clic aquí.


MI PRIMERA VEZ CONFIRMANDO A ALGUIEN

Casi al mismo tiempo que la "Familia C.", estĆ”bamos enseƱando a otra hermosa familia de tres. La madre, Jazmin, fue bautizada primero, pero dedicamos mĆ”s tiempo a enseƱar a sus hijos, Katerine Diaz Chiu y Yuan Ming, que aĆŗn eran pequeƱos y tenĆ­an poca capacidad de atención. Con la ayuda del Padre Celestial y su increĆ­ble madre soltera, sus dos hijos se bautizaron el mismo dĆ­a, uno de los cuales pude bautizar, Kati, el sĆ”bado 18 de octubre de 2014. Por alguna razón, el Ɖlder Adams bautizó a Yuan Ming ( Creo que lo entrevistó). Hay algo increĆ­blemente especial en bautizar a alguien.


Para ser honesto, siendo todavía un nuevo misionero y habiendo bautizado a solo una persona antes, estaba bastante nervioso aún realizando el bautismo de ella. Pero Kati estaba aún mÔs nerviosa. ”Casi ni siquiera se metía en el agua! Temblaba tanto que no pude calmarla mientras me paraba en la pila bautismal e hice lo mejor que pude para sostener su mano para que ella tuviera cuidado de no resbalar. Pero finalmente, ella lo hizo. Sin embargo, me sentí tan mal cuando traté de bautizarla, ya con el miedo que teníamos, y no se sumergió completamente en el agua y tuvimos que volver a hacerlo. Pero independientemente, parecía estar bien después cuando se dio cuenta de que fue rÔpido.


Entonces, como estaba planeado, los dos niƱos que habĆ­amos bautizado se presentaron a la iglesia el dĆ­a siguiente, domingo el 19 de Octubre, 2014, con su madre. Ya se les habĆ­a explicado el proceso del pĆ”rrafo anterior asĆ­ que ellos sabĆ­an que esperar. Sin embargo; Aproximadamente 5 minutos antes de que comenzara la reunión sacramental, Ā”el Ɖlder López me dijo que yo confirmarĆ­a a Kati! Ahora, esto generalmente no serĆ­a una perspectiva aterradora, excepto por el hecho de que solo habĆ­a estado en MĆ©xico unas tres o cuatro semanas y Ā”apenas podĆ­a hablar espaƱol! Ā”Nunca antes habĆ­a participado en una confirmación en inglĆ©s, y mucho menos ser la "voz" en espaƱol! Es una cosa poder decir unas cosas simples en un idioma cuando repitas lo mismo en cada lección misional, Ā”pero estaba tan asustado de tener que realizar esta ordenanza sagrada y decir lo que el espĆ­ritu querĆ­a que dijera en espaƱol!


Así que dije una oración ferviente en mi corazón, busqué las palabras en mi manual misional blanco (por eso los misioneros siempre deben llevarlo consigo en todos momentos), e hice lo mejor que pude. Me tomé mi tiempo para decir lo que el espíritu me impulsó a decir en un español inteligible que terminó siendo muy entrecortado. Sentí que estaba allí para siempre. Pero nadie se burló de mí. Nadie corrigió mi español. Nadie me hizo sentir inadecuado... nunca. ”Y ese es el punto! Lo he dicho antes y lo diré de nuevo, el espíritu es el maestro, no el misionero. Las palabras no son tan importantes en comparación con el espíritu. Esa fue mi primera confirmación y ciertamente estuvo lejos de ser la última.


No recuerdo lo que dije, pero lo que se dice no es lo mĆ”s importante. La parte mĆ”s importante es cuando, por la autoridad del sacerdocio de Melquisedec, lo que se quiere decir con las palabras ā€œRecibe el EspĆ­ritu Santoā€. Es tanto parte de la ordenanza como una sĆŗplica a la persona para que reciba el EspĆ­ritu Santo y le dĆ© la bienvenida al vivir dignamente de Ć©l. Cada vez que escucho esas palabras, "Recibe el EspĆ­ritu Santo", siento un gozo tan exuberante porque sĆ© lo que es el Don del EspĆ­ritu Santo y lo que va a hacer por esa persona; es un cambio de vida. Aunque me lo dijeron con muy poca antelación, me alegro de haber tenido la oportunidad de participar en esa ordenanza sagrada.

Sé que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el reino de Dios en la Tierra. Lo sé porque el Espíritu Santo me lo ha confirmado muchas veces. También es mi testimonio de que el Espíritu Santo tiene el poder de confirmar estas cosas en tu corazón si se lo pides en oración con un espíritu contrito y una verdadera intención.

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Sigue: "43. Intercambios" -->>

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