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41. El Bautismo por Inmersión

"De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5)

El bautismo es la primera de una serie de promesas que hacemos con Dios, nuestro Padre Celestial. Cuando cumplimos con esas promesas, somos bendecidos. El bautismo también es simbólico y debe realizarse de la manera que Dios ha instruido. Lo más importante para que una persona sea bautizada es que esté dispuesta a guardar los mandamientos de Dios. El bautismo no requiere grande conocimiento y es solo el comienzo de una vida de aprendizaje y servicio. Los bebes no tienen pecado y no necesitan el bautismo ni deben ser bautizados. Para que el bautismo por inmersión sea completo, debe recibir el Don del Espíritu Santo poco después por la "imposición de manos". ("La Confirmación")


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41.1 ¿QUÉ ES EL BAUTISMO?

La palabra bautismo tiene origen griego y significa "inmersión" o "lavado". La inmersión por agua significa estar completamente debajo del agua. Cualquier cosa que no sea la inmersión completa no es bautismo por definición. Algunas denominaciones se refieren a un rito religioso similar que involucra agua como un "bautizo", particularmente en lo que respecta a los bebés. Sin embargo, el bautismo en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es diferente de todas las demás religiones en varios aspectos, incluido este.

**El sacerdocio es uno de esas cosas únicas y esenciales para el bautismo que debes entender. Puedes aprender más aquí.

Aunque no puedes tener un bautismo sin agua, no hay nada especial en cuanto al agua en sí. El agua no es bendecida. El agua no es sagrada. No tiene propiedades sobrenaturales. Más bien, lo que hace que el bautismo sea válido en los ojos de Dios es la autoridad del sacerdocio que tiene el hombre quien realiza el bautismo. ("¿Quién Bautiza?")


El bautismo necesita realizarse con la autoridad de Dios para que sea algo más que mojarse. ¡Es esencial! Ese poder divino, que se llama el "sacerdocio", no es una construcción mundial que viene solo por el estudio o deseo. Se obtiene por "la imposición de manos" de alguien que ya lo tiene. Jesús dio el sacerdocio a sus Apóstoles para actuar en Su nombre en esta manera ("El Ministerio de Cristo"). Lo que muchos no saben es que el sacerdocio dejó de existir en la Tierra después de la muerte de los Apostoles, el mismo sacerdocio con el que realizaron tantas maravillas y gobernaban la iglesia ("Un Señor, Una Fe, Un Bautismo"). Aunque la fe y la ceremonia continuaron hasta cierto grado, sin la autoridad del sacerdocio, doctrina cambió poco a poco, creando las numerosas ramas del cristianismo que vemos hoy ("Apostasía y Restauración" y "La Santa Biblia: Un Testamento de Jesucristo"). Desafortunadamente, en lo que respecta al bautismo, mientras que el agua estaba presente en todos estos subconjuntos del cristianismo, la autoridad del sacerdocio estaba ausente. Pero debido a que Dios es amoroso, lo restauró nuevamente a la Tierra a través de seres angélicos cuando era el momento adecuado a principios del siglo XIX a laicos de la misma manera que lo hizo con los Apóstoles, por "la imposición de manos". En particular, Juan el Bautista se apareció a José Smith y Oliver Cowdery y les dio el sacerdocio y les instruyó a bautizar. A partir de ahí, bajo la dirección de Dios, con un profeta viviente en la Tierra una vez más, ese sacerdocio se encontró y continúa encontrándose entre muchos miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en todo el mundo y solamente ahí. ("El Retorno del Rey: Parte 4.2" y "José Smith: Un Nombre Para Bien y Para Mal")


41.2 EL CONVENIO BAUTISMAL

Un convenio es una promesa sagrada que hacemos con Dios según Sus condiciones. Prometemos a cumplir con esas condiciones y Dios promete a bendecirnos. Una ordenanza es el acto mediante el cual se hacen convenios. Algunas religiones se refieren a estos como "sacramentos" o "ritos", pero en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, estos se conocen como "ordenanzas del sacerdocio". El bautismo es la primera ordenanza. La promesa que hacemos por medio del Bautismo se llama nuestro Convenio Bautismal.


A menudo, citamos al profeta Alma en el Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo quien enseña qué demuestramos a Dios al bautizarnos:

"...Ya que deseáis entrar en el redil de Dios y ser llamados su pueblo, y estáis dispuestos a llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras; sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna; os digo ahora, si este es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide ser bautizados en el nombre del Señor, como testimonio ante él de que habéis concertado un convenio con él de que lo serviréis y guardaréis sus mandamientos, para que él derrame su Espíritu más abundantemente sobre vosotros?" (Mos. 18:8-10)

Cuando somos bautizados, tomamos sobre nosotros el nombre de Cristo. Esto significa que prometemos seguirlo y ser testigos de Él "en todo tiempo, en todas las cosas y en todo lugar". Ser miembros de Su iglesia --- la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días --- y tomar sobre nosotros el nombre de Cristo significa que nos esforzamos por ser buenos representantes de Él y de Su evangelio. Logramos esto al esforzarnos por guardar Sus mandamientos y servir a los demás con amor. Si bien no profesamos ser personas perfectas, nos esforzamos por hacer lo mejor que podemos y el Señor nos bendice por nuestros justos esfuerzos. (Ver "Más Que Buenos")

41.3 BENDICIONES DEL BAUTISMO

El bautismo es un mandamiento. El propósito del bautismo es claro. El bautismo es principalmente para la remisión de los pecados (Hechos 2:38). Cuando somos bautzados, somos limpiados del pecado, que quiere decir que nuestros pecados son perdonados. Esto es el fruto del arrepentimiento. Esto es una promesa que el Padre Celestial nos da. Y el perdon de los pecados es possible solamente gracias a la Expiación de Jesucristo ("Gran Sacrifico" y "Milagroso Arrepentimiento"). El bautismo es como nos comprometemos a Cristo.


Por esto, el bautismo en la verdadera iglesia del Señor es un requisito para la vida eterna. La Vida Eterna es disfrutar de todas la bendiciones de Dios para siempre, incluso vivir donde Él vive y cómo Él vive. Uno no puede morar en el reino de Dios sin esta ordenanza, sin este contrato con Dios. Así que el bautismo no solo es un requisito, sino también una bendición. Tal como dicen las Escrituras anteriores, los bautizados:


1) Serán redimidos por Dios

2) Serán contados con los de la primera resurrección

3) Tendrán la vida eterna

4) Dios le derramará su espiritu más abundantemente


Vale la pena recordar también que el bautismo por inmersión no hace nada a la larga sin la ordenanza que viene poco después por "la imposición de manos" --- la Confirmación. La Confirmación es cómo una persona recibe el don del Espíritu Santo después del bautismo (Ver "Una Voz Apacible y Delicada"). Es tener el espíritu santo como un compañero constante. Es una bendición igual de esencial y especial. Piénselo de esta manera, Jesús le enseñó a Nicodemo:

"De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5)

Así como podemos pensar en la primera parte como un bautismo de agua, podemos considerar la confirmación un bautismo del espíritu (D y C 33:11). Juan el Bautista dijo: "Yo a la verdad os he bautizado con agua, pero [Jesucristo] os bautizará con el Espíritu Santo" (Marcos 1:8; Lucas 3:16). Ambos van de la mano. Un paquete. Hablando de las bendiciones que vienen con nuestro convenio bautismal, el don del Espíritu Santo es una de las mayores bendiciones que recibimos al esforzarnos por guardar los mandamientos y seguir a Jesucristo.

41.4 EL SIMBOLÍSMO DEL BAUTISMO

Jesucristo comenzó Su ministerio al ser bautizado por Juan el Bautista, quien era un profeta y tenía la autoridad para bautizar ("El Ministerio de Cristo"; Mateo 11:7-11):

“Bautizaba Juan en el desierto y predicaba el bautismo de arrepentimiento para remisión de pecados. Y salía a él toda la provincia de Judea y los de Jerusalén; y eran todos bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.” (Marcos 1:4-5)

De esto también podemos ver que el arrepentimiento precedió al bautismo. “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”, fue su mensaje (Lucas 3:8). Cuando nos arrepentimos y nos bautizamos, Dios nos promete el perdón y que no recordará más nuestros pecados (D y C 58:42). Así que debemos recordar que el bautismo y el arrepentimiento van de la mano.


Al final de los libros del evangelio en la Biblia, el Señor resucitado les dice a Sus discípulos:"Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). Y muchos creyeron y fueron bautizados en Su iglesia. (Hechos 2:41,47)


Jesús no tenía pecado, pero aún así fue bautizado, ¿por qué? El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo explica con mayor profundidad:

"Él muestra a los hijos de los hombres que, según la carne, él se humilla ante el Padre, y testifica al Padre que le sería obediente al observar sus mandamientos... Y además, esto muestra a los hijos de los hombres la angostura de la senda, y la estrechez de la puerta por la cual ellos deben entrar, habiéndoles él puesto el ejemplo por delante. Y dijo a los hijos de los hombres: Seguidme. Por tanto, mis amados hermanos, ¿podemos seguir a Jesús, a menos que estemos dispuestos a guardar los mandamientos del Padre? Y el Padre dijo: Arrepentíos, arrepentíos y sed bautizados en el nombre de mi Amado Hijo... por tanto, seguidme y haced las cosas que me habéis visto hacer." (2 Nefi 31:7-12)

Jesucristo no solo nos mandó ser bautizados, Él nos mostró cómo debemos ser bautizados para "cumplir toda justicia" (Mateo 3:15). No cabe duda de que fue bautizado por inmersión en agua (Mateo 3:16). Ciertas religiones pueden creer lo contrario, pero sin duda fue una inmersión completa en agua; rociar no es una ordenanza apropiada y por lo tanto no constituye ningún convenio válido con Dios. Al igual que con muchas cosas que enseñó Jesús, hay un simbolismo con propósito junto con el bautismo y hay una razón por la cual debe ser un bautismo por inmersión.

El bautismo es un símbolo de la muerte y resurrección (Romanos 6:3-6). Así, cuando vamos bajo del agua, es como ser enterrado, y cuando subimos, es como la resurrección de la tumba o el comienzo de una nueva vida eterna. Es una oportunidad para comenzar de nuevo, "nacer de nuevo" o "volverse limpio de nuevo", ser una persona nueva. En esta metáfora, la que usó Jesús con Nicodemo (Juan 3:3-5), el bautismo por agua puede representar el vientre, así llegamos a ser como niños pequeños, inocentes y puros (Marcos 10:14-15; "Llegar A Ser Como Niños Pequeños"). Por eso se usa ropa blanca para los bautismos y en el templo; porque representa la pureza y la santidad. A veces, se puede proporcionar ropa bautismal blanca cuando esté disponible; de ​​lo contrario, se puede usar cualquier ropa blanca que no sea transparente, siempre que todo sea completamente blanco.

"Agua Viviente" pintado por Simon Dewey.

El agua también es simbólica. Es esencial para la vida. A la mujer junto al pozo de Jacob, Jesús le dijo: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva" (Juan 4:10). En el desierto durante cuarenta años, Moisés se inspiró para golpear una roca con su vara y salió agua para beber; nótese que esto también es un símbolo de Cristo como la roca, así como cuando Jesús estaba en la cruz y una lanza le atravesó el costado, salió sangre y agua. ("Sobre Esta Roca"; Juan 19:34)

"Noé y el arca con animales" pintado por Clark Kelley Price.

El agua también tiene una evidente utilidad de limpieza. Bíblicamente, esta es el mismo simbolísmo del diluvio durante el tiempo de Noé (Gén. 7). El diluvio fue usado para limpiar la tierra de la gente pecadora que no se arrepintió. Noé y su familia, ocho personas en total, se salvaron. Algunos también lo consideran simbólico porque dentro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, debes tener al menos ocho años para ser bautizado. (D y C 68:27)


41.5 LOS BEBES Y NIÑOS PEQUEÑOS NO SE BAUTIZAN

Antes de la edad de ocho años, los bebes y niños pequeños no tienen pecado y son incapaces de pecar porque no tienen la edad suficiente para ser responsables por sus actos. Son innocentes ante Dios. Sin culpa alguna. Porque no tienen pecado, y el bautismo es para la remisión de los pecados, no son bautizados. Cuando cumplen ocho años, tienen la edad suficiente para entender el bautismo y pueden elegir por sí mismos si quieren ser bautizados o no. Esto es importante porque el bautismo es un compromiso y un acto de amor hacia Dios. Nuestras acciones después del bautismo son tan importantes como el día en que nos bautizamos. Por esta razón, se dice que al cumplir 8 años de edad, tienes la "Edad de la Responsabilidad". De hecho, según el Libro de Mormón, Dios considera el bautismo de niños "una terrible iniquidad" y una "burla solemne" (Moroni 8). En cambio, Dios, en Su infinita misericordia y amor, ha prometido que los niños pequeños que mueren antes de la edad de responsabilidad son salvos en el reino de los cielos (v. 17; D y C 137:10). Te invito a leer Moroni 8 completamente.


Puedes leer para saber qué es el pecado y el mito del "pecado original" en mi publicación anterior "Milagroso Arrepentimiento".
"Y de esta manera me manifestó el Espíritu Santo la palabra de Dios; por tanto, amado hijo mío, sé que es una solemne burla ante Dios que bauticéis a los niños pequeños.
He aquí, te digo que esto enseñarás: El arrepentimiento y el bautismo a los que son responsables y capaces de cometer pecado; sí, enseña a los padres que deben arrepentirse y ser bautizados, y humillarse como sus niños pequeños, y se salvarán todos ellos con sus pequeñitos.
Y sus niños pequeños no necesitan el arrepentimiento, ni tampoco el bautismo. He aquí, el bautismo es para arrepentimiento a fin de cumplir los mandamientos para la remisión de pecados." (Moroni 8:9-11)

41.6 AQUELLOS QUE MUEREN SIN BAUTISMO

La última sección aclaró que los bebes y los niños pequeños que mueren sin el bautismo son salvos en el reino de los cielos. Pero ¿qué pasa con todos los demás? Sabemos que el bautismo es un mandamiento, y que Jesucristo también fue bautizado. Pero si es cierto que el bautismo debe ser realizado de una manera específica, y por una autoridad específica, en una Iglesia específica, ¿qué sucede con todos esos millones, incluso miles de millones, de personas que murieron sin esa oportunidad?

El Padre Celestial es bondadoso y misericordioso, y NO condenará al castigo eterno a aquellos que no tuvieron la oportunidad de ser bautizados. La expiación de Jesucristo es para todas las personas. Las bendiciones de la vida eterna están disponibles para todos los que estén dispuestos a aceptar el Evangelio restaurado. Y esta es una gran verdad que ha sido revelada en nuestros días modernos mediate José Smith:

"Por lo que, me habló la voz del Señor, diciendo: Todos los que han muerto sin el conocimiento de este evangelio, quienes lo habrían recibido si se les hubiese permitido permanecer, serán herederos del reino celestial de Dios;
también todos aquellos que de aquí en adelante mueran sin un conocimiento de él, quienes lo habrían recibido de todo corazón, serán herederos de este reino;
pues yo, el Señor, juzgaré a todos los hombres según sus obras, según el deseo de sus corazones." (D y C 137:7-9)

Cuando morimos, nuestros espíritus van a un lugar temporal llamado "El Mundo de los Espíritus" donde esperamos la Resurrección. Allí se enseñará a aquellos que no tuvieron la oportunidad de conocer el evangelio restaurado. Ellos, como lo hacemos nosotros en la vida, tendrán la oportunidad de aceptar el evangelio o rechazarlo.


Debido a que necesitamos un cuerpo físico para ser bautizados en agua, una persona viva debe realizar un bautismo en nombre de alguien en el Mundo de los Espíritus, lo que generalmente llamamos "bautismos vicarios" o "bautismos por los muertos". Estos bautismos se efectuaron en los días de Pablo también (1 Cor. 15:29). Hoy en día, estos bautismos vicarios solo se pueden realizar en templos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ("Templos: Lugares Santos" y "Redimir a los Muertos"). También se pueden realizar otras ordenanzas vicarias en los templos, y la persona en el mundo de los espíritus puede optar por aceptar o rechazar las ordenanzas realizadas por ellos en su nombre. Y así, todos los vivos y los muertos tendrán la oportunidad de recibir el evangelio y las ordenanzas, y la misericordia y las bendiciones de Dios se extienden a todos.


41.7 ENTREVISTAS BAUTISMALES

NOTA: Las preguntas que hacen en la entrevista bautismal se mencionan en mi otra publicación de blog "La Entrevista Bautismal" si deseas obtener más detalles.


Al menos uno o dos días antes del bautismo, cada candidato bautismal (como se les suele llamar) tiene una entrevista personal básica con otro líder misional si los misioneros les han enseñado o con el obispo del barrio para niños cuyos padres ya son miembros de la Iglesia; recuerde que "Barrio" es el término para la congregación local y que un "obispo" es la persona no remunerada que los supervisa. ("Organización de la Iglesia" y "Obispos y Pastores")


Si el candidato bautismal lo desea, él o ella pueden invitar a un padre, cónyuge u otro adulto a acompañarle durante la entrevista bautismal.


Se llama "entrevista", pero su propósito es simplemente para confirmar que el candidato al bautismo comprende la doctrina básica y los mandamientos que enseñaron los misioneros (como el arrepentimiento, la Palabra de Sabiduría, la Ley de Castidad, la Ley del Diezmo y la observancia del día de reposo). La reunión también es una oportunidad para la persona realizando la entrevista para felicitarles por su deseo de bautizarse y dar el candidato bautismal la oportunidad para compartir sus sentimientos, hacer preguntas o discutir inquietudes en un entorno privado. Digo esto porque muchas iglesias creen que el bautismo requiere un gran conocimiento de las Escrituras, pero los requisitos del bautismo en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, similar a lo que dice Alma, son los siguientes:


41.8 REQUISITOS

“Todos los que se humillen ante Dios, y deseen bautizarse, y vengan con corazones quebrantados y con espíritus contritos, y testifiquen ante la iglesia que se han arrepentido verdaderamente de todos sus pecados, y que están dispuestos a tomar sobre sí el nombre de Jesucristo, con la determinación de servirle hasta el fin, y verdaderamente manifiesten por sus obras que han recibido del Espíritu de Cristo para la remisión de sus pecados, serán recibidos en su iglesia por el bautismo." (D y C 20:37)

El bautismo es solo el comienzo del aprendizaje, no una graduación. Lo importante es que la persona que se bautiza sepa suficiente para guardar los mandamientos, tenga el deseo de bautizarse y esté comprometida a permanecer en la iglesia y ser fiel a sus convenios. No se espera que memoricemos o sepamos los entresijos de todo lo que hay que saber. De hecho, nadie sabe todo lo que hay que saber. Y ciertamente, a los ocho años de edad, yo no lo sabía todo y todavía no lo sé todo. Eso no debería significar que debemos posponer las bendiciones del arrepentimiento y bautismo que podemos tener ahora. Nuevamente enfatizo que un deseo de servir a Dios es lo que estamos demostrando al ser bautizados. La entrevista bautismal no es un examen. Es una oportunidad para profesar su voluntad de vivir el evangelio de Jesucristo.

El bautismo es una expresión externa de un compromiso interno y puedo testificar que el acto del bautismo combinado con ese compromiso es lo que completa el Convenio Bautismal. No hay necesidad de sentirse inadecuado o desprevenido mientras exista ese deseo y compromiso. Si se necesita algo más antes de dar ese paso, la persona que realiza la entrevista lo indicará y ayudará a resolverlo. Sé que no me gusta la palabra "entrevista", pero no hay nada que temer. Puedo prometerle que la persona que realice la entrevista bautismal está tan emocionada como cualquier otra persona por su presencia y está dispuesta a ayudarlo en todo lo que pueda. La mayoría de las veces, la entrevista bautismal es una experiencia gozosa.


41.9 REGISTROS

El Padre Celestial es un Dios de orden (D y C 88:119; D y C 132:8). De la misma manera que tendría cualquier otro registro, como un certificado de nacimiento, historial bancario, expediente escolar, etc., la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días mantiene registros de los miembros de la iglesia, según las instrucciones del Señor (D y C 128:3-4). El Señor arroja más luz sobre el pasaje de las Escrituras Apocalipsis 20:12, para ayudarnos a entender la importancia de llevar registros, diciendo:

"Veréis por este pasaje que los libros fueron abiertos, y que se abrió otro libro, que es el libro de la vida; pero los muertos fueron juzgados por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras; por consiguiente, los libros mencionados deben ser los que contenían el relato de sus obras, y se refieren a los registros que se llevan en la tierra. Y el libro que era el de la vida es el registro que se lleva en los cielos; así que el principio concuerda expresamente con la doctrina que se os manda en la revelación contenida en la carta que os escribí antes de salir de casa: que todo lo que registrareis quede registrado en los cielos." (D y C 128:7)

Lo que se registra en la Tierra también se registra en el Cielo, y eso es particularmente importante con respecto a los registros bautismales y otras ordenanzas; esto va de la mano con la historia familiar y la obra del templo ("Redimir a los Muertos"). Dichos registros también ayudan a los obispos a conocer y servir a los miembros de su barrio. Estos registros comienzan como parte de la entrevista bautismal, que es proporcionada por la persona que realiza la entrevista y debe estar firmada por 3 personas: la persona que realizó la entrevista, el obispo del barrio (o presidente de rama) y la persona que está bautizado (o un padre o tutor legal si es menor de edad). Este documento solo lo firma el obispo (o presidente de rama) y se hace oficial después de que la persona es "confirmada" como miembro de la iglesia y recibe el don del Espíritu Santo, que es la ordenanza que sigue poco después del bautismo. ("La Confirmación")

El registro de membresía incluirá información básica que incluye nombre legal completo, fecha de nacimiento, dirección, número de teléfono, nombres y fechas de nacimiento de los padres, información de matrimonio (según corresponda) e información de niños (según corresponda) [1]. Estos registros están digitalizados para facilitar el acceso. La información básica, como su nombre, dirección e información de contacto, se puede compartir con otros miembros de su barrio, si usted lo autoriza, con el propósito principal de hermandad. La información más delicada, como la información sobre las ordenanzas, permanece confidencial entre usted y el obispado. Sus registros de membresía se transfieren digitalmente a su nuevo barrio cuando se muda. Los registros generales de la historia de la iglesia también se mantienen por mandato para almacenar y proteger la información personal en todo el mundo, nuevamente para fines de historia familiar o si alguien extravía un registro y necesita solicitar una copia. Las solicitudes de registros de membresía de un individuo se pueden hacer en línea en estos días. Les garantizo que la información personal en estos registros no se comparten sin tu permiso.


41.10 COMO BAUTIZAR Y SER BAUTIZADO

Como se ha explicado detalladamente, solo un poseedor autorizado del sacerdocio puede realizar bautismos y nosotros bautizamos por inmersión en agua ("¿Quién Bautiza?"). Lo siguiente es lo que la revelación moderna nos enseña acerca de la manera del bautismo:

"El que es llamado por Dios y tiene autoridad de Jesucristo para bautizar, entrará en el agua con la persona que se haya presentado para el bautismo, y dirá, llamándola por su nombre: 'Habiendo sido comisionado por Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén'. Entonces la sumergirá en el agua, y saldrán del agua." (D y C 20:73-74)

Ser bautizado es en realidad bastante rápida. La ordenanza en sí solo toma alrededor de 1 minuto, tal vez menos. Los dos individuos entran al agua a la altura de la cintura; hay áreas en la mayoría de las capillas llamadas "Pilas Bautismales" especificamente para esto. En ciertos lugares donde pilas bautismales son inaccesibles, se puede dar permiso para que el bautismo se realiza en otro cuerpo de agua que 1) sea lo suficientemente profundo para una inmersión completa y 2) sea bajo el nivel del suelo (nuevamente, símbolo de muerte y resurrección). ("Nuestra Pila Bautismal")

La persona que será bautizada

  • Usa su mano izquierda para agarrar la muñeca izquierda del hombre realizando el bautismo para sostenerse cuando tiene que levantarse del agua.

  • Usa la mano derecha para taparse la nariz mientras está sumergida bajo el agua.

El hombre bautizando

  • Usa la mano izquierda para sostener la muñeca derecha de la persona para mejor sacarla del agua.

  • Levanta la mano derecha en un ángulo de 90 grados y recita lo que dice la escritura. (D y C 20:73-74)

  • Después de decir "amén", se asegura de que la persona se tape la nariz, doble las rodillas y se recueste como si estuviera sentada en una silla reclinable. Él sostiene la espalda de la persona con la mano derecha y la ayuda con cuidado a inclinarse completamente bajo del agua. Esto solo toma un segundo, asegurándose de que la persona esté completamente bajo el agua, con cabello y todo.

  • Inmediatamente después de que esté completamente sumergido, se le saca del agua. Él le jala hacia adelante, soportando la espalda de la persona.

  • Al salir del agua, la persona de nuevo endereza las piernas para ponerse de pie de nuevo. Es muy parecido a levantarse de la cama o a alguien que resucita [2].

¡Y esa es toda la ordenanza! Y luego ambos individuos salen de la pila bautismal y se secan y se ponen ropa seca y ya.


He sido bautizado y he bautizado a otros, y aunque no me considero la persona más fuerte, las personas son significativamente más livianas cuando están en el agua, por lo que no es tan difícil sacar a alguien del agua. Además, para las personas que puedan tener limitaciones físicas, se pueden hacer las adaptaciones adecuadas, por ejemplo, colocando una silla en la pila bautismal para que se sienten. Las consideraciones especiales como esta se toman caso por caso.

Esta es una representación del bautismo de alguien que bauticé que tenía problemas con sus rodillas. Por eso fue bautizada en una silla. Puedes leer esta historia en mi publicación "125. El Camino".

41.11 MI PRIMERA VEZ BAUTIZANDO

La hija de la Familia C. (mencionada en mi publicación de blog "El Libro De Mormón: Otro Testamento de Jesucristo") se bautizó el 11 de octubre. Ella fue la primera persona a la que bauticé. Ella y su familia pensaron que sería especial si fuera mi primer bautismo por eso me pidieron que la bautizara a ella en lugar de mi compañero ("¿Quién Bautiza?"). Todos estaban tan emocionados. Yo estaba tan nervioso. Había pasado toda la mañana memorizando las palabras bautismales en español mientras el Élder Harvey y yo limpiamos y llenamos la pila bautismal. ("Dos A-Maori-Canos En México")


En las horas previas al bautismo, surgió un incidente en el que su vehículo que los iba a llevar a la capilla se descompusó y nuestro teléfono se quedó sin saldo. ¿Cómo nos pondríamos en contacto con ellos y haríamos los arreglos de viaje a tiempo para su bautismo en unas horas?

En un apresurado pánico, corrimos varias cuadras hacia la casa de un miembro de la iglesia que nuestros líderes de zona sabían que podía ayudarnos. ¡Corrieron demasiado rápido! Sentí que me iba a desmayar de puro calor y fatiga muscular. No sé qué pasó porque regresamos a la capilla y la familia C. ya estaba allí esperándonos. Supongo que hubo una falta de comunicación porque de alguna manera conseguieron otra forma de llegar allí por su cuenta. Debido a nuestra prisa, ahora yo estaba sudado y débil en las piernas y olvidé traer una camisa de respaldo para el bautismo (¡Este fue mi primer bautismo, fíjate!). No había considerado que mi camisa se mojaría inevitablemente y necesitaba una de respaldo, por lo que el Élder Adams me prestó una, ya que vivían al final de la calle ("Mi Primer Área: Monterreal, Rio Bravo"). Su camisa era ridículamente grande, pero me arremangué y lo hice de todos modos. La experiencia de bautizar por la primera vez fue especial. El espíritu fue muy fuerte y todos estaban animados. Pero tuve que bautizarla dos veces porque la primera vez su cabello no estaba completamente sumergido. El bautismo solo cuenta por immersión completa. Por eso tiene dos o más personas observando para verificar que la ordenanza se efectua correctamente ("Feliz Cumpleaños"). Yo estaba mortificado por mi fracaso, pero ese sentimiento desapareció una vez que se bautizó correctamente la segunda vez.


41.12 MI BAUTISMO

Mi mamá siempre ha sido un ejemplo sobresaliente para mí. Me encanta escuchar su historia sobre cómo se unió a la iglesia. Su compañera de cuarto en Nueva Zelanda era miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y se la presentó a la iglesia. En algún momento, mi mamá fue a una actividad de barrio donde vieron un video sobre la Restauración del Evangelio ("Apostasía y Restauración"). Mi mamá dijo que desde ese momento supo que la iglesia era verdadera por el espíritu que sentía ("Una Voz Apacible y Delicada"). Mi papá fue uno de los misioneros en el área que ayudó a enseñarle el Evangelio a mi mamá y, en consecuencia, fue quien la bautizó. Todavía, ella es el único miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en su lado de la familia (aunque nunca pierdo la esperanza de que otros sigan su ejemplo).


Si no fuera por el evangelio restaurado de Jesucristo, mis padres nunca se habrían conocido. Además, es por su fe en Jesucristo que me criaron con los valores que desarrollé. Aunque he trabajado por mi propio testimonio, los atribuyo como los mejores ejemplos de personas semejantes a Cristo en mi vida. Literalmente, no tengo idea de dónde estaría sin el evangelio restaurado. Probablemente no existaría.


Recuerdo mi propio bautismo cuando tenía ocho años y cómo me sentía. Mi familia estaba emocionada por mí y me dijo que estaban orgullosos de la decisión que había tomado. Recuerdo haber pensado "¿Puedo elegir?" y luego sentí el espíritu claramente como si una voz me hablara: “Sí, tienes tu albedrío. Es tu decisión". Ese pensamiento tenía sentido para mí. Sabía que tenía mi albedrío. Fue entonces cuando supe que no solo todos estaban felices por mí, sino que Dios estaba feliz y esas dos cosas me hicieron feliz. Siempre he sentido amor en mi vida y el espíritu nunca me ha guiado mal antes o desde ese día.


Mi papá me bautizó. Nos vestimos de blanco. Me sentía un poco incómodo con el agua en general como niño, aunque sabía que solo estaría bajo el agua literalmente un segundo. No obstante, recuerdo que jadeaba cuando salí del agua y escuché a todos reír amablemente y vi sus caras arriba de mia en el suelo. Probablemente me sonrojé un poco, pero todos los presentes eran familiares y amigos que me amaban. El agua estaba un poco fría, pero sentí que me invadía un buen calor después de bautizarme.


41.13 DESPUÉS DEL BAUTISMO

El bautismo es para la remisión de los pecados. Si el arrepentimiento es el proceso de volverse a Dios y alejarse del pecado, entonces ¿por qué decimos bautismo para la remisión de los pecados? Permítame darle algunas definiciones de diccionario para la palabra remisión: 1) la cancelación de una deuda, cargo o multa, 2) una disminución de la gravedad o intensidad de la enfermedad o el dolor; una recuperación temporal, 3) el perdón de los pecados, o 4) la reducción de la pena de prisión, especialmente como recompensa por el buen comportamiento. Dejaré que tú elijas de qué bautismo habla; podrían ser todos ellos.


Obtenemos la remisión de los pecados a través del bautismo, pero retenemos la remisión de los pecados a través de nuestros esfuerzos desde entonces. El Élder Jeffrey R. Holland lo expresó de esta manera:

Obtenemos la remisión de nuestros pecados al suplicarle a Dios, quien responde con compasión, pero retenemos la remisión de nuestros pecados al responder con compasión a [otros] que nos suplican”.

Esto es parte de nuestro convenio bautismal: cuidar de los demás (Mosíah 18: 8-10) y es el segundo gran mandamiento. (Marcos 12:31)


La Vida Eterna es más que un bautismo y ya. El bautismo es la puerta (2 Nefi 31: 9-21) a un camino continuo de progresión, lo cual llamamos "La Senda de los Convenios". Después del bautismo debe seguir una vida de esfuerzo constante y arrepentimiento frecuente. Eso no quiere decir que no se cometan errores después del bautismo, pero debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para levantarnos con un corazón sincero cuando nos quedamos cortos ("Milagroso Arrepentimiento"). Un bautismo seguido de una vida de desobediencia intencional a los mandamientos, si no se arrepiente, equivale a no haber sido nunca bautizado ("La Obediencia: Un Signo de Amor"). Al igual que una casa, si se descuida y no se cuida, se volverá inmunda de nuevo, así que nosotros también debemos arrepentirnos con regularidad y limpiar nuestro “vaso interior” (Alma 60:23; "Nuestra Pila Bautismal"). Es fundamental que sigamos el ejemplo de Cristo. Inevitablemente volveremos a pecar después del bautismo, pero mientras hagamos nuestro mejor esfuerzo, la gracia de Dios nos dará fuerzas ("Más Que Bueno"). Lejos de ser el final, el bautismo representa empezar de nuevo.

Recordaremos que la ordenanza de la Confirmación debe venir poco después del bautismo.


Renovamos nuestro Convenio Bautismal cuando participamos de la Santa Cena todos los domingos, pan y agua simbólicos del cuerpo y la sangre de Jesucristo. Para aprender más sobre la Santa Cena y las reuniones de la iglesia, lean aquí.

En lugar de ser bautizados una y otra vez, la Santa Cena sirve para renovarnos y recordarnos de nuestros convenios bautismales. La Santa Cena es una ordenanza, un acto sagrado como el bautismo, y la única ordenanza en la que participamos más de una vez por nosotros mismos. Es parte del arrepentimiento y el acceso a las bendiciones de la expiación de Jesucristo. Nuestro Convenio Bautismal se refleja en las oraciones sacramentales (D y C 20: 77-79) que se recita porque es una ordenanza (no se recitan las oraciones regulares; "La Oración"). Es un momento para la autorreflexión en cuanto a nuestra relación con Jesucristo. Es por eso que asistir a la iglesia es tan importante después del bautismo.

En resumen, nuestro Convenio Bautismal es el primer paso del discipulado en el evangelio de Jesucristo. En primer paso en la Sendera de los Convenios. Es tanto un requisito como una bendición. Y es más que un acto y ya, debe reflejarse en la forma en que vivimos y en cómo tratamos a quienes nos rodean todos los días.


¡Considere ser bautizado en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días si aún no lo ha hecho! Los misioneros te pueden enseñar más. ¡Aprenda más aquí!

 


 
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