"No hay relación, comunión o compañía más hermosa, amistosa y encantadora que un buen matrimonio." -Martin Luther
Como siempre, el Élder Mullins y yo tocábamos puertas para encontrar personas a las que enseñar. Curiosamente, la letra de la canción de Queen, “Somebody to Love”, seguía viniendo a la mente. Traté de alegrarnos el ánimo cantando:
“Cada mañana que me levanto muero un poco
Apenas puedo estar de pie
Mírate en el espejo y llora
Señor, ¿qué me estás haciendo?
He pasado todos mis años creyéndote
¡Pero no puedo obtener ningún alivio, Señor!
Alguien alguien
¿Alguien puede encontrarme a alguien para ENSEÑAR?" (obviamente no es la letra oficial)
¡Era casi como si la canción hubiera sido escrita para la misión! Después de ningún éxito aparente, mi ánimo estaba decayendo. Al Élder Mullins no pareció importarle. Siguió intentándolo. Le pregunté por qué parecía tan tranquilo. Simplemente dijo: "No quiero enseñarle a alguien que no quiera aprender. Dios seguirá empujándonos hacia las personas que sí quieren escuchar.”
Aproximadamente en ese momento, nos encontramos con uno de los parques más bonitos entre el barrio de las Fuentes del Valle y el barrio de Casa Bella. Allí, en el banco del parque, bajo la sombra de un gran árbol junto al columpio, estaba una mujer cuidando a su bebé. No estaba seguro de cómo reaccionaría ante dos tipos como nosotros que se le acercaran sola en el parque, pero lo hicimos. Después de todo, estoy seguro de que no parecíamos tan intimidantes. Pedimos sentarnos con ella y empezamos a hablar. Tenía muchas preguntas maravillosas. Estuvimos allí un rato.
De los seis folletos que usamos en las lecciones misionales, ella sacó algo de cada uno. Allí, en ese parque, resumimos casi todo en una hora más o menos. Nos alegró saber que vivía en nuestra área y fijamos una cita para visitarla a ella y a su esposo. Antes de salir del parque, aceptó una fecha bautismal. ¡Fue un milagro! El Élder Mullins me enseñó una lección importante. Que no importa cuántas personas no quieran escuchar, estamos ahí para quien lo haga.
Nos costó mucho encontrar dónde vivía porque, como todos, se guiaba por descripciones en lugar de direcciones. Creo que tardamos un par de semanas para encontrarla. Todo lo que nos dijo fule la dirección general, como a dos calles de distancia (en realidad estaba a 3 calles), y era una casa azul. A pesar de ser un área relativamente pequeña, me di la vuelta fácilmente y no pude ni siquiera localizar el área del parque nuevamente. Por algún milagro, encontramos una casa azul, tocamos la puerta y la encontramos. Fuimos a visitarla varias veces. Su esposo era un buen tipo, pero los desafíos se hicieron evidentes. ¡No estaban casados legalmente! Esto era un problema porque la convivencia sin estar legalmente casado va en contra del mandamiento que se conoce como la Ley de Castidad (Pueden leer más en mi publicación Caridad y Castidad). Mis esperanzas se desvanecieron. Sabía que era demasiado bueno para ser verdad. Aprendió mucho con nosotros, pero tuvo dos caídas finales. 1) No estaba casada con el hombre con el que vivía y 2) No estaba leyendo el Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo, como dijo que haría.
Después de mucha coordinación con nuestros líderes misionales y otros barrios, pudimos conseguir un documento que esencialmente les dio un descuento para casarse. Tomó mucho trabajo, y digo mucho trabajo, pero programamos un tiempo para llevarlos al “Civil” para que se certificaran legalmente como casados. Las Hermanas misioneras nos ayudaron y nos tomamos tiempo de nuestro Día de Preparación para ir con ellas al edificio gobernal. Todavía estaba oscuro temprano en la mañana cuando nos fuimos porque queríamos superar las líneas. Los taxis ni siquiera habían salido todavía. Las Hermanas hicieron una llamada y el Presidente y la Hermana Morales nos recogieron a todos y nos llevaron. Estoy seguro de que fue un sacrificio para ellos, pero lo hicieron con buen corazón. Les debemos muchas gracias. Todo lo que recibimos fueron críticas de nuestros líderes de zona por no asistir a su “junta de capacitación” a pesar de tener un permiso obvio del presidente de misión y que estábamos a solo un medio kilómetro de la capilla. Uno pensaría que habrían apoyado este enorme paso adelante.
Tomó varias horas de espera pero finalmente lo logramos. ¡Esa fue la única vez que pude ayudar a alguien a casarse! Era tanto trabajo, tiempo y dinero que era difícil de hacer, razón por la cual no sucedía con más frecuencia y por qué era uno de los problemas más importantes que debían solucionarse antes del bautismo. No sé como lo hicieron otros misioneros, pero estoy seguro que otros fueron más exitosos en este respecto.
A pesar de este gran paso adelante, todavía tenían otros problemas sobre los que no teníamos control. No importa cuántas veces los invitamos y la paciencia que tuvimos durante las semanas, nunca vinieron a la iglesia (aparte de una sola actividad). Hicimos todo lo que pudimos. Organizamos paseos para ellos. Los llamamos una y otra vez por adelantado para recordarlos y confirmar su asistencia. Pero cada vez que llegaba el domingo, no se encontraban por ningún lado. Nos dieron excusas y disculpas cuando los encontrábamos durante la semana, pero nunca vinieron. Les dimos una segunda, tercera y cuarta oportunidad pero teníamos que darles la charla franca. Fue difícil dejar ir a alguien que pensamos que estaba en camino, a quienes queríamos mucho, y con quien habíamos pasado tanto tiempo ayudando a casarse, pero no teníamos otra opción. Nunca se bautizaron. Buena gente, claro, pero no lista para cosechar. Ojalá que se lo hagan un día.
Ojalá tuviera yo más que decir sobre el matrimonio que lo que ya he dicho en publicaciones anteriores como "Castidad y Caridad", "Servicio Juicio" y "La Entrevista Bautismal". El matrimonio es un mandamiento de Dios, y el matrimonio eterno solo puede perpetuarse mediante convenios en el templo del Señor. Los recomiendo un discurso de 2000 que fue dado en BYU por el Élder Jeffrey R. Holland, de los Doce Apóstoles, titulado "¿Cómo te amo?". Tienes la opción de seleccionar los subtítulos en otros idiomas, incluso Español, en YouTube si haces clic en el engranaje. Dice él:
"Creo que solo superada por su membresía en la Iglesia, su "membresía en un matrimonio" es la asociación más importante que tendrá en el tiempo y la eternidad, y para los fieles lo que no llega en el tiempo, vendrá en la eternidad."